El duro golpe para el reciclaje y los recicladores del país
- MARIA LUCIA VARGAS PINZON
- 24 ago 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 4 sept 2020
Publicado en Septiemre 02, 2020

En una calle despejada del occidente de Bogotá, un reciclador se detuvo con su carreta cuando vio que había cartón dentro de una bolsa negra. Estaba en el barrio Salitre, en donde no es usual ver bolsas desperdigadas por la calle. Se acercó y sacó los pedazos de cartón con cuidado, con miedo a infectarse. En el fondo de la bolsa vio un elemento extraño, un tubo azul, al parecer de plástico. Cuando abrió toda la bolsa se dio cuenta de que era una máscara de oxígeno.
“Cuando ese reciclador me llamó para preguntarme si recogía eso, yo le dije: ‘¡Hermano, por favor no lo toque! Eso es un peligro’ ”. Quien cuenta la historia es Yimis Mejía, representante de la asociación de reciclaje Asoambiental7, la cual opera en todas las localidades de Bogotá.
En estos cinco meses de aislamiento, el trabajo de los recicladores se ha complicado no solo por la disminución de los elementos reciclables, sino por el alto riesgo de contagiarse de covid-19.
Por fortuna, señalaba Mejía, el reciclador no se enfermó. Sin embargo, en la pandemia escuchó historias similares: “Muchas personas están dejando los tapabocas y los guantes en la bolsa negra; no separan los elementos reciclables de los que no lo son, y esto nos pone en riesgo. Además, tenga en cuenta que la mayoría de recicladores no tienen acceso a la salud”.
En Asoambiental7 trabajan 129 personas, cuenta Mejía. “Hay muchos adultos mayores y madres cabeza de familia que no han podido salir a trabajar en estos meses y a las que a duras penas les ha llegado un mercado. A ese problema súmele que los que están en la calle no están reciclando como antes. Los restaurantes que generaban tantos residuos no están operando, y en los hogares no siempre se recicla bien”.
Aunque no hay cifras oficiales sobre la disminución del reciclaje durante los meses de pandemia –el Ministerio de Vivienda informó que después del primer mes de aislamiento se redujo la producción de residuos sólidos en un 15 por ciento–, las asociaciones de reciclaje consultadas por el Centro ODS de la Universidad de los Andes coinciden en que la baja era inminente, en buena medida por las restricciones temporales de los centros de acopio.
Patricia Morales, representante suplente de la asociación Asorema en Bogotá, contó que la pandemia les impuso varios retos, como conseguir trajes antifluidos para los 230 trabajadores, así como guantes, tapabocas, máscaras y desinfectante para la entrada y salida de las bodegas. “Nosotros hemos pedido ayuda de fundaciones y del sector público porque si no, no podríamos operar, es muy peligroso”, dice.
"La situación ha empeorado y necesitamos no solo ayuda del Gobierno, sino de la sociedad que todavía no ha tomado conciencia de lo importante que
es reciclar".
Reciclaje en el país
Tanto Mejía como Morales coinciden en que cada vez es más difícil reciclar no solo porque grandes generadores de reciclaje, como los establecimientos comerciales, están cerrados; también, por “la falta de conciencia de muchas personas que mezclan la basura con lo reciclable”, como dice Patricia. Su percepción no está lejos de estimaciones nacionales e internacionales. Por lo menos en Colombia, según el informe más reciente sobre economía circular que publicó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), solo el 40 por ciento de los hogares colombianos separan sus residuos. En Colombia, señala la fuente, la oferta total de residuos sólidos generada tanto por hogares como por las actividades económicas fue de 24,9 millones de toneladas en 2018. “Para el periodo comprendido entre 2012 y 2018, el reciclaje y la nueva utilización representaron, en promedio, una proporción de 22,7 por ciento”, aseguró el Dane. Y en América Latina, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de los 230 millones de toneladas que se generan de residuos sólidos se recicla solo cerca del 5 por ciento.
Según revela el informe del Dane, Bogotá, Antioquia, Caldas, Santander, Cundinamarca, Boyacá, Casanare, Valle del Cauca, Putumayo, Huila y Nariño son los que tienen mayor porcentaje en separación de residuos. En cuanto a la clasificación, el Dane encontró que los desperdicios de alimentos y desechos orgánicos son el material que con mayor frecuencia es separado, pues el 86,1 por ciento de los hogares lo clasifican, seguido del papel y cartón (81,2 %), plástico (80,7 %) y vidrio (61,3 %). En los últimos cinco años, la tasa de reciclaje ha sido variable. Mientras que en 2012 esta era del 7,5 por ciento, en 2014 aumentó a 10,7 por ciento. No obstante, en 2016 la cifra disminuyó a 7,4 por ciento. Para 2018, el incremento fue relevante: 11,1 por ciento. En el país, conforme lo indica la Superintendencia de Servicios Públicos, están registradas 319 organizaciones de recicladores, que emplean a más de 30.000 personas que se dedican a este oficio (y se estima un subregistro de otras 30.000). El 2 de marzo, antes de la cuarentena, miles de recicladores salieron a las calles en Bogotá para exigir mejores garantías para trabajar. Como cuenta Patricia Morales, “los recicladores viven del día a día, no tienen prestaciones, nada de ley. Se levantan a reciclar a las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche y con lo que reciclan deben pagar arriendo y alimentar a sus hijos. Los recicladores que usted ve con carritos de mercado, por ejemplo, pueden ganar entre 200.000 y 300.000 pesos mensuales”.
Los más afectados
A raíz de la disminución del reciclaje en cuarentena, cientos de recicladores se han asentado en vías públicas para llamar la atención de las personas.
Según la Asociación Nacional de Recicladores, alrededor de 20.000 trabajan en Bogotá, y de estos, por lo menos 5.000 tienen más de 70 años. El contagio, al ser una posibilidad latente en este oficio, es cada día un peligro mayor no solo por el incremento sostenido de casos en el país, sino por la ausencia de protocolos para depositar residuos de pacientes enfermos de covid-19.
La labor de los recicladores, como lo han reconocido el Ministerio de Ambiente y la Corte Constitucional, ha sido clave en el desarrollo sostenible del país. Según el Sistema Único de Información de la Superservicios, en 2019 se aprovecharon 1,3 millones de toneladas, lo que representa un 14 por ciento más que en 2018.
Un retroceso en los ODS
Actualmente, Colombia ocupa el noveno lugar en el Índice del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina, desarrollado por el Centro ODS de la Universidad de los Andes. Según el Índice ODS, en cuanto a generación de residuos municipales o urbanos, Colombia registra un promedio de 0,95 kilogramos por habitante al año, una cifra inferior a las que presentan países como México y Argentina, con 1,24 y 1,22 kilogramos por habitante al año, respectivamente. Sin embargo, países como Bolivia y Paraguay están por debajo de Colombia, con 0,33 y 0,21 kilogramos por habitante. Para mejorar indicadores concretos, como el del ODS 12, es clave apoyar a los recicladores en su labor. Adicionalmente, vale la pena señalar que en los próximos cuatro años 321 rellenos del país cumplirán su vida útil. Hoy, cinco meses después de que comenzaron a implementarse las medidas de aislamiento en el país, Patricia Morales dice que “la situación ha empeorado y necesitamos no solo ayuda del Gobierno, sino de la sociedad que todavía no ha tomado conciencia de lo importante que es reciclar”.
SANTIAGO VALENZUELA Periodista del Centro de ODS- Universidad de los Andes.
Palabras clave: Reciclaje, covid-19, contagio, desarrollo sostenible, recicladores.
Conclusión y observación personal:
Como podemos notar, la pandemia en Colombia ha causado un deterioro en la economía del país poniendo en riesgo la estabilidad de grandes y pequeñas empresas, tanto así que una gran parte de estas tuvo que cesar sus actividades totalmente. Pero, ¿qué ocurre con las personas que viven del día a día? La situación de los recicladores en Bogotá es una ejemplo de todas aquellas personas que a diario salen a las calles poniendo en riesgo su vida, su salud con tal de recolectar lo suficiente para poder subsistir, aún más en épocas de pandemia.
Este es el caso de los muchos vendedores ambulantes, de los campesinos y demás quienes luchan por obtener recursos de cualquier manera. A casi seis meses de confinamiento en el país, el estado no ha tomado las medidas necesarias para salvar y apoyar a estas personas, a los dueños de negocios pequeños que aportan tanto a la economía en Colombia, por el contrario, decide apoyar a grandes empresas y organizaciones que no están pasando críticamente por necesidades. La prioridad del estado deberían ser sus ciudadanos.
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